Avances de la justicia en el caso del buque-escuela «Esmeralda».

FUENTE: WWW.AMNISTIA.CL

Amnistía Internacional saludó la decisión de la ministra en visita de la Corte de Apelaciones de Valparaíso Eliana Quezada quien encargó reos a seis oficiales en retiro de la Armada por el secuestro calificado y torturas de varios presos políticos en el Buque Escuela Esmeralda, entre ellos el sacerdote Miguel Woodward.

“La Armada de Chile así como la sociedad en su conjunto, no deben ver en la persistencia de las familias de las víctimas o de las organizaciones defensoras de Derechos Humanos un ánimo de revancha. La obtención de verdad, justicia y reparación es un acto legítimo y merecido en el marco del derecho; y sirve para construir confianza con vistas a la reconstrucción de un Chile unido y moralmente más íntegro” dijo el director de Amnistía Internacional – Chile, Sergio Laurenti.

Al procesar a los almirantes Sergio Barros Von Chessman y Guillermo Aldoney Hansen, el vicealmirante Adolfo Walbaum Wieber, el Capitán de Navio (R) Sergio Barra Von Kretschmann; el Capitán de Navio (R) Ricardo Riesgo Cornejo y el Dr. Carlos Costa Canessa, sindicados como parte de los servicios de inteligencia de la Armada, responsables de la represión en Valparaíso y de numerosas detenciones, se ha marcado un importante precedente en el avance de la justicia en material de los delitos de lesa humanidad, muchos de los cuales –cometidos bajo la sangrienta dictadura del general Pinochet- aún permanecen impunes.

La decisión de la jueza es un precedente de la búsqueda de verdad y justicia en numerosos delitos de lesa humanidad, como por ejemplo los referentes a la desaparición forzada. En este sentido, el Artículo 17.1 de la Declaración sobre la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas 18 de diciembre de 1992, establece: «todo acto de desaparición será considerado delito permanente mientras sus autores continúen ocultando la suerte y el paradero de la persona desaparecida y mientras no se haya esclarecido los hechos»

«La desaparición forzada de personas es un delito permanente. La razón fundamental de los retrasos en los procesos judiciales es la clara falta de cooperación de los presuntos responsables”, dijo Amnistía Internacional.

Amnistía Internacional, al reconocer el avance, recuerda a las autoridades la importancia de la labor independiente de los magistrados; que deben resolver «los asuntos que conozcan (…) sin influencias (…), presiones, amenazas o intromisiones indebidas (…) de cualesquiera sectores o por cualquier motivo»

La víctima más emblemática de la causa es el sacerdote Miguel Woodward, de 42 años, quien trabajaba en la agrupación “Cristianos por el Socialismo”, y quien fue detenido el 16 de septiembre de 1973 por su trabajo social en el cerro Los Placeres. Según testimonios, Woodward estuvo también detenido en el carguero Lebu, siendo trasladado posteriormente al Hospital Naval por sus malas condiciones de salud tras las torturas, para luego ser llevado al cerro Playa Ancha, donde se le perdió la pista el 22 de septiembre de ese año.

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DD.HH: Seis oficiales (r) de la Armada detenidos por caso Woodward.

Fuente: www.lanacion.cl

Tras su procesamiento como autores del secuestro calificado del sacerdote Miguel Woodward el 16 de septiembre de 1973, los uniformados (r) ya están recluidos. La hermana de la víctima, Patricia Woodward, catalogó la resolución de la magistrada Eliana Quezada como un «paso adelante».

La ministra en visita Eliana Quezada sometió a proceso a seis oficiales en retiro de la Armada por el secuestro calificado y torturas de varios presos políticos en el Buque Escuela Esmeralda, entre ellos el sacerdote Miguel Woodward, tras el golpe militar de 1973.

El dictamen emitido ayer viernes recayó sobre los vicealmirantes (r) Adolfo Walbaum Wieber, Guillermo Aldoney Hansen y Juan Mackay Barriga, los capitanes de navío Sergio Barra Von Kretschmann y Ricardo Riesgo Cornejo, como autores de secuestro calificado del sacerdote y el teniente primero (r) de Sanidad, Carlos Costa Canessa, en calidad de cómplice de este delito.

A 34 años del deceso del presbítero y a seis de abierta la investigación sobre los oscuros sucesos que rodean al buque escuela de la marina, la magistrado determinó la detención de Aldoney, Mackay y Riesco, quienes fueron llevados al Cuartel de Infantería de Marina de Viña de Mar, mientas que Walbaum y Sergio Barra Von Kretschman quedaron bajo arresto domiciliario por su avanzada edad, ya que ambos superan los 80 años. En tanto, el médico Carlos Costa, se refugió en una clínica de la Quinta Región para evitar ser arrestado.

La víctima más emblemática del caso que indaga la jueza es el sacerdote Miguel Woodward, de 42 años, quien trabajaba en la agrupación Cristianos por el Socialismo y fue detenido por una patrulla naval el 16 de septiembre de 1973 por su trabajo social en el cerro Los Placeres en Valparaíso.

Desde allí fue conducido hasta la Universidad Federico Santa María, luego a la Academia de Guerra Naval, donde habría sido objeto de apremios ilegítimos, para quedar finalmente prisionero en el buque escuela Esmeralda, utilizado para ese fin.

Una vez ahí la víctima estuvo retenida junto a otros presos políticos, apremios que lo dejaron muy mal herido. Esta situación obligó a sus verdugos a llevarlo agónico al hospital Naval donde finalmente murió.

La autopsia de Woodward fue firmada por el entonces teniente primero, Carlos Costa, quien en su calidad de médico y sin ver el cadáver visó su fallecimiento.

Al momento del golpe militar de 1973, Adolfo Walbaum Wieber era contralmirante, Guillermo Aldoney Hansen y Sergio Barra Von Kretschmann eran capitanes de navío y Juan Mackay Barriga y Ricardo Riesco Cornejo eran tenientes.

«UN PASO ADELANTE»

Tras conocer el procesamiento de los marinos (r), que es apelable por los encausados, la hermana del sacerdote víctima de la dictadura, Patricia Woodward, manifestó su satisfacción por la resolución de la magistrada y la calificó como «un paso adelante». 

«Estoy muy contenta con la noticia de que el caso de mi hermano Miguel Woodward ha dado un paso muy importante para adelante y que hay personas de la Armada procesadas que jugaron un papel relevante en las torturas que le fueron infligidas en 1973. Espero que esto signifique que estamos llegando a la verdad y la justicia para Miguel y para las víctimas de la Armada», expresó.

El procesamiento de los Almirantes Walbaum y Aldoney es particularmente significativo dado que, por entonces, eran jefe de la I Zona Naval y jefe del Estado Mayor de la I Zona Naval, respectivamente.

Este hecho deja en evidencia las declaraciones de sucesivos comandantes en jefe de la Armada, incluido el actual Rodolfo Codina, quienes alegaron que las responsabilidades de los crímenes eran individuales, no institucionales, y que en todo caso ningún alto mando habría intervenido en ellos.

Los Procesados

Guillermo Aldoney Hansen: Tras retirarse de la Armada, empezó una exitosa carrera en el mundo empresarial. Es miembro del Directorio de la Mutual de Seguros de Chile, entidad fundada por la Armada de Chile, entre cuyos otros miembros consta el actual comandante en jefe de la Armada. En 1982, asumió la presidencia del poderoso holding de la Compañía de Aceros del Pacífico (CAP), por entonces controlado por CORFO; unos años más tarde consiguió privatizarlo por medio de una curiosa operación financiera. Estrechamente vinculado a la jerarquía católica que nunca reclamó la muerte de Miguel Woodward- fue nombrado responsable de la seguridad del Papa durante su visita a Chile en 1986. Su primo Jaime desapareció tras ser detenido por las fuerzas navales que estaban bajo su mando.

Sergio Barra Von Kretschmann: era jefe de inteligencia naval en 1973 y ascendió más tarde a segundo jefe de la DINA. El capitán Riesco trabajó a sus órdenes.

Juan Mackay Barriga: es vicepresidente del consejo de almirantes y generales (r) de Valparaíso. En 1973 habría asistido a las sesiones de tortura en las instalaciones navales de Valparaíso.

Adolfo Walbaum Wieber: Además de su cargo naval, fue el primer intendente de Valparaíso nombrado por la junta militar.

Carlos Costa Canessa: siendo medico en el hospital Naval, extendió un certificado de defunción en nombre de Miguel Woodward sin ver cadáver alguno.

 

 

Caso Woodward: Familia dice que aún »no se atan todos los cabos».

Según informes de la Organización de Estados Americanos (OEA) y Amnistía Internacional, unas 110 personas pasaron por La Esmeralda, pero sólo Woodward figura como muerto a causa de los interrogatorios realizados en ella, como consta en el Informe Rettig.
Patricia, hermana del sacerdote inglés Miguel Woodward, quien pereció por los apremios recibidos a bordo del buque escuela Esmeralda tras el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, destacó este sábado el procesamiento de seis oficiales en retiro de la Armada por los cargos de secuestro calificado y torturas a presos políticos, dictado por la ministra en visita Eliana Quezada.

Junto con resaltar que se trata del primer avance a 30 años de la presentación de la querella, Woordward señaló a Radio Cooperativa que aún «no se han atado todos los cabos», porque «hay más personas que son encubridores», y que no están encausados.

«Se ha destapado por fin un tema que la Armada tenía mucho miedo de que saliera. Nosotros siempre le hemos dicho a la Armada que reconozcan que ellos han sido responsables de los crímenes en la Esmeralda y en toda la Quinta Región», sostuvo la mujer.

De los seis notificados del proceso, los vicealmirantes Guillermo Aldoney Hansen, Juan McKay Barriga y los ex capitanes de navío Ricardo Riesco Cornejo y Carlos Costa Canessa, acudieron a la Corte de Apelaciones para interiorizarse del caso, quedando detenidos en la guarnición de Infantería de la Armada.

En tanto otros dos procesados restantes, Adolfo Walbaum Wieber y Sergio Barra Von Chessman, ya se encuentran bajo arresto domiciliario por su avanzada edad.

Woodward, de padre inglés y madre chilena, fue detenido por miembros de la Inteligencia Naval aproximadamente el 16 de septiembre de 1973 (las versiones difieren sobre la fecha) en su casa de la población Progreso, en el Cerro Los Placeres de Valparaíso, donde encabezaba una comunidad religiosa. Fue llevado a un cuartel, y luego al buque Lebu y después La Esmeralda. En la época, ambos barcos eran utilizados por la Armada como lugares de detención de prisioneros políticos después del golpe militar del 11 de septiembre de 1973.

El religioso murió a causa de las torturas seis días después.

Según informes de la Organización de Estados Americanos (OEA) y Amnistía Internacional, unas 110 personas pasaron por La Esmeralda, pero sólo Woodward figura como muerto a causa de los interrogatorios realizados en ella, como consta en el Informe Rettig (pp. 294 y 453).